3 días entre arte, deporte y naturaleza en el corazón de Toscana

Nuestro viaje comienza en el centro histórico de Fucecchio: desde el Poggio Salamartano, que domina la ciudad, bajamos a pie hacia el centro, entre iglesias y edificios medievales. Además de visitar el Museo Cívico, no hay que perderse la casa de Indro Montanelli, uno de los más importantes periodistas del Siglo XX. De la ciudad pasamos a la Palude de Fucecchio, la más grande área húmeda de Italia, a pocos kilómetros de distancia. Fue Cosimo I de los Medici quien hizo construir los canales navegables y el Puente de Cappiano: hoy en día en el oasis viven numerosas especies animales, especialmente aves, un verdadero paraíso natural para los observadores de aves. Es posible visitar esta área a pie o en bicicleta, gracias a los itinerarios que parten del Centro de Documentación de Palude de Fucecchio.

Al final de la excursión, nos trasladamos a Cerreto Guidi, para visitar la Villa de los Medici que forma parte del patrimonio de Unesco de Toscana: construida por Cosimo I, actualmente es la sede del Museo de la Caza y el Territorio. El itinerario del museo cuenta la historia de estas tierras y el profundo vínculo con los Medici. Terminamos el día, relajándonos en una de las numerosas fincas de la zona, con degustaciones de productos típicos toscanos y Chianti Montalbano.

Por la mañana recorremos las callejuelas del pueblo medieval de Vinci, lugar de nacimiento de Leonardo, el genio del Renacimiento. Después de visitar el Museo de Leonardo, que documenta la obra de Leonardo da Vinci, inventor, tecnólogo y científico, nos dirigimos a pie hasta la Casa donde nació en Anchiano, escondida entre los olivos. Desde aquí partimos para una excursión a pie para visitar Montalbano, una tierra que inspiró a menudo a Leonardo tanto por sus vistas como por sus estudios: hay varios itinerarios para elegir, como el Camino Verde o el Camino de los Molinos.

Un rápido desplazamiento en coche y llegamos a Valdelsa, en Certaldo, lugar de nacimiento de Giovanni Boccaccio, padre de la literatura italiana. Gracias al funicular subimos al centro histórico del pueblo: aquí, caminando por las estrechas calles medievales, visitamos la casa del gran hombre de letras, el hermoso Palacio Pretoriano y el pequeño y encantador Museo del Clavo.
Nada mejor para terminar el día que una cena en un agroturismo de la zona, a base de productos típicos, como la trufa de Valdelsa y la cebolla de Certaldo.

Montespertoli, cuna del Chianti, es el punto de partida de un estimulante paseo en bicicleta o e-bike por los viñedos y olivares de Valdelsa, a lo largo del Camino del Vino: aquí no puede faltar una visita al Museo de la Viña y del Vino, que recorre la historia de estas tierras.

Al desplazarnos hacia el pueblo de Montaione, aprovechamos para visitar el centro histórico. Por la tarde, visita al singular Jerusalén de San Vivaldo: este santuario, compuesto por numerosas capillas, decoradas con terracotas al estilo de Robbia, fue construido a principios del Siglo XVI para reproducir fielmente Jerusalén de la época.

No muy lejos, en Gambassi Terme, una de las paradas en la Vía Francígena, aprovechamos para visitar la Parroquia Santa Maria a Chianni, mencionada en el diario de Sigerico y base perfecta para pasear por el famoso camino hasta la siguiente parada en San Gimignano. Esta es la zona donde se extiende también el Parque del Bienestar, entre Gambassi y Montaione, un área natural, caracterizada por manifestaciones geotérmicas como Los Vapores de agua sulfurosa, y conocida por la famosa agua Salsa de Pillo, rica en sales minerales, utilizada en las Termas de la ciudad para los tratamientos de bienestar.

También son sugestivas las Grutas de Mauricio, un lugar místico creado por el encuentro entre el arte humano y la naturaleza, donde se dice que vivió un ermitaño durante años. Nuestras vacaciones regeneradoras en el corazón de Toscana terminan con un relajante tratamiento de bienestar en uno de los centros turísticos de la zona.