Skip to content

Pelago

Castillos, parroquias y villas, desde las montañas hasta el valle

El amplio territorio de Pelago, a unos treinta kilómetros hacia el este de Florencia, se extiende desde la llanura hasta la montaña, acogiendo colinas decoradas con hileras de viñas, olivos, iglesias, casas coloniales, castillos antiguos y pueblos.

Es una tierra donde el verde de las colinas nos recuerda, en cada rincón, el color del aceite recién prensado, mientras el rojo del atardecer nos devuelve al corazón las tonalidades, los perfumes y los sabores de una agradable copa de vino. El aceite y el vino marcan física y socialmente estos valles, regalando un viaje a través de los sentidos.

La zona, habitada desde la prehistoria, experimentó cierta importancia primero en el período etrusco-romano y luego en la Edad Media, debido también a su afortunada posición en el cruce entre vías de comunicación naturales.

Qué puedes ver en Pelago

Desde su posición, el pueblo domina el valle; el poblado inicial era un grupo de casas que rodeaban el castillo de los Condes Guidi, luego se transformó en un lugar de vacaciones para las familias florentinas ricas, que, en busca de un lugar fresco lejos de la ciudad, edificaron elegantes villas. La fortaleza está situada en pleno centro del pueblo, donde también se encuentra la Parroquia San Clemente, del Siglo XVIII, con su Museo de Arte Sacro.

Desde su posición, el pueblo domina el valle; el poblado inicial era un grupo de casas que rodeaban el castillo de los Condes Guidi, luego se transformó en un lugar de vacaciones para las familias florentinas ricas, que, en busca de un lugar fresco lejos de la ciudad, edificaron elegantes villas. La fortaleza está situada en pleno centro del pueblo, donde también se encuentra la Parroquia San Clemente, del Siglo XVIII, con su Museo de Arte Sacro.

En los alrededores

Además de Pelago, el territorio está formado por numerosas aldeas que desde la llanura, a través de la zona de colinas, llegan a las montañas, con las localidades de Borselli y Consuma, donde los aficionados a los deportes de invierno se lanzan por las laderas nevadas.
Las colinas, dedicadas a las actividades agrícolas, dan paso a bosques densos y llenos de vida, ricos en setas y otros regalos del sotobosque; estos paisajes están muy vinculados a sus habitantes.

Por ejemplo, en Raggioli es fácil percibir la armonía entre el hombre y la naturaleza paseando por el pueblo entre sus callejones de piedra, respirando la atmósfera medieval y admirando las fascinantes casas encaramadas, que en su día albergaron a leñadores, carboneros y campesinos. Para profundizar la vida y el trabajo de estos habitantes, nada mejor que visitar el Museo de la Civilización de los Campesinos y de la Gente de la Montaña que custodia herramientas del oficio y objetos de la vida cotidiana.

Rodando hacia el río, la última aldea que se encuentra antes de llegar a la orilla es San Francesco, unida al cercano Pontassieve por un poderoso Puente de los Medici de mediados del Siglo XVI.

Además de Pelago, el territorio está formado por numerosas aldeas que desde la llanura, a través de la zona de colinas, llegan a las montañas, con las localidades de Borselli y Consuma, donde los aficionados a los deportes de invierno se lanzan por las laderas nevadas.
Las colinas, dedicadas a las actividades agrícolas, dan paso a bosques densos y llenos de vida, ricos en setas y otros regalos del sotobosque; estos paisajes están muy vinculados a sus habitantes.

Por ejemplo, en Raggioli es fácil percibir la armonía entre el hombre y la naturaleza paseando por el pueblo entre sus callejones de piedra, respirando la atmósfera medieval y admirando las fascinantes casas encaramadas, que en su día albergaron a leñadores, carboneros y campesinos. Para profundizar la vida y el trabajo de estos habitantes, nada mejor que visitar el Museo de la Civilización de los Campesinos y de la Gente de la Montaña que custodia herramientas del oficio y objetos de la vida cotidiana.

Rodando hacia el río, la última aldea que se encuentra antes de llegar a la orilla es San Francesco, unida al cercano Pontassieve por un poderoso Puente de los Medici de mediados del Siglo XVI.

Eventos

Los principales eventos anuales están relacionados con las tradiciones culinarias y artesanales de la zona.
En mayo se celebra la Feria del Jabalí con un menú que, además de pappardelle con ragú de jabalí, jabalí picante en una versión revisada respecto a la receta tradicional y jabalí en blanco a los siete sabores, ofrece también otros platos típicos de Toscana, como tortelli de patatas, filete y deliciosos bomboloni.

"El Arte del Gusto, el Gusto del Arte" es un evento de diez días dedicado a la artesanía, que se realiza en septiembre. Además del mercado con productos de artesanía local, también hay puestos de comidas, exposiciones y otros eventos.

Los principales eventos anuales están relacionados con las tradiciones culinarias y artesanales de la zona.
En mayo se celebra la Feria del Jabalí con un menú que, además de pappardelle con ragú de jabalí, jabalí picante en una versión revisada respecto a la receta tradicional y jabalí en blanco a los siete sabores, ofrece también otros platos típicos de Toscana, como tortelli de patatas, filete y deliciosos bomboloni.

"El Arte del Gusto, el Gusto del Arte" es un evento de diez días dedicado a la artesanía, que se realiza en septiembre. Además del mercado con productos de artesanía local, también hay puestos de comidas, exposiciones y otros eventos.

Productos típicos

El territorio de Pelago, como la mayor parte de aquel de Florencia y del Área de Florencia, tiene una clara vocación agrícola y las colinas se dedican principalmente al cultivo de la vid y el olivo.
Los castillos medievales y las antiguas granjas son numerosos en un paisaje que hay que explorar guiados por el aroma del vino -estamos en la zona de producción del Chianti Rufina DOCG- y del Aceite de Oliva Virgen Extra.

El territorio de Pelago, como la mayor parte de aquel de Florencia y del Área de Florencia, tiene una clara vocación agrícola y las colinas se dedican principalmente al cultivo de la vid y el olivo.
Los castillos medievales y las antiguas granjas son numerosos en un paisaje que hay que explorar guiados por el aroma del vino -estamos en la zona de producción del Chianti Rufina DOCG- y del Aceite de Oliva Virgen Extra.

Florencia y el Área Florentina